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Ya comienza un nuevo año. Y es que pareciera que el 2020 tuvo 24 meses de duración porque fue una repetición constante del mismo tema: COVID-19.
En estos dos años en los que conocemos a alguien que enfermó del SARS-CoV2 o incluso nosotros mismos; también conocemos alguien que no sobrevivió porque su cuerpo no soportó las consecuencias del virus, es momento de reflexionar en la importancia de mantenernos saludables.
Mantenernos saludables significa prevenir. Es un acto de todos los días. Es velar porque nuestro cuerpo reciba el mejor alimento, para así poder crear la mejor sangre, ese líquido vital que transporta oxígeno, nutrientes, hormonas, gases, medicamentos a través de todo nuestro cuerpo por medio del sistema circulatorio. Esa sangre es la que necesitamos para que todo funcione bien. Además de la alimentación y la hidratación la actividad física es crucial, para mover los líquidos de nuestro cuerpo, lograr que el corazón bombee sangre y la distribuya oxigenada a toda nuestra anatomía.
También el sueño reparador es importante. Cuando no dormimos bien o permanecemos en vela por uno o más días, lo primero que sentimos es sensación de catarro, que nos bajan las defensas. Sé egoísta con tus horas de sueño, eso te ayudará a que el cuerpo continúe haciendo su labor.
De igual forma, mantener las relaciones sociales, familiares y de amistades nos ayuda a tener un balance. Porque, por más que nos guste la soledad, siempre necesitamos de alguien, escuchar una voz, sentir una compañía, aunque sea en la distancia. Y aunque sea difícil porque no podemos abrazarnos, no debemos desconectarnos.
Nuestro regalo más preciado es la salud. Con ella podemos planificar, trabajar, disfrutar, soñar. Sin salud, lo que tenemos es dolor, incertidumbre, preocupaciones. Te pido que por favor hagas lo que esté en tus manos y a tu alcance para poder cuidar tu cuerpo, tus emociones y tu espíritu.
Mis deseos para el 2022 es que tú y tu gente amada gocen de buena salud, que aprendan a cuidarla y protegerla. ¡Feliz Año Nuevo!
Les cuento que hace casi un año visito un médico fisiatra que practica la medicina funcional y regenerativa, mejor conocida como anti-aging.
En el mes de abril mi madre, una anciana de 98 años y quien tenía una vida muy activa, sufrió una caída que tuvo como consecuencia la fractura de la rótula (patela) derecha.
